Servicios para Animales del Condado de Tulare reúne a su mascota perdida con su dueño

Shane Anderson es un veterano camionero de Crowley, Texas, a las afueras de Fort Worth. Él y su fiel perro Matrix, un joven labrador retriever rojo, eran guerreros del camino. Su vínculo era tan fuerte que Shane consideraba a Matrix un animal de apoyo emocional.

Eso fue hasta hace unos siete meses. Shane conducía por el desierto de California cuando Matrix huyó durante una de sus paradas. Lo buscó por todas partes durante semanas y semanas, hasta que finalmente desistió de encontrar a su amigo.

Hace un mes, un oficial de control de animales del condado de Tulare recogió a un perro callejero en Earlimart. Al regresar al refugio, le realizaron un escaneo para ver si tenía un microchip, un procedimiento estándar. El escaneo detectó un microchip y lo rastreó hasta Shane Anderson.

Los técnicos de Servicios para Animales lo contactaron y, comprensiblemente, la noticia le causó un gran impacto. Pero ahora el reto era cómo traerlo de vuelta a casa. Enviarlo no era una opción, y conseguir que la familia de Anderson en Riverside viniera a reclamar a Matrix resultó problemático. Shane finalmente decidió hacer el largo viaje desde Texas —más de 2400 kilómetros— para recuperar a su amigo perdido.

El reencuentro fue conmovedor, como era de esperar. Tanto Shane como Matrix estaban encantados de reencontrarse. Tras algunos abrazos, besos y meneos, los dos viajeros emprendieron su largo viaje a casa.

Cómo Matrix llegó al condado de Tulare es una incógnita. Pero gracias a un microchip, la labor de los Servicios para Animales del Condado de Tulare y el compromiso de un hombre con su perro, esta historia tiene un final feliz.

Desafortunadamente, la mayoría de los perros y gatos que ingresan al refugio de Servicios para Animales del Condado de Tulare no tienen microchip, lo que podría permitirles reunirse fácilmente con sus dueños. Considere colocarle un microchip a su mascota; es su boleto de regreso a casa. El microchip es uno de los muchos servicios que ofrece Servicios para Animales del Condado de Tulare.

Servicios para Animales del Condado de Tulare reúne a su mascota perdida con su dueño: Una historia conmovedora

"Lovey", una bulldog inglés atigrada y blanca de seis años, es la querida mascota de Michelle McGuyer, de Visalia. Aunque McGuyer a veces la llamaba "Bully Brat" por su fuerte personalidad, Lovey siguió siendo dulce y una parte importante de su vida.

Sin embargo, hace tres años, Lovey desapareció, destrozando el corazón de toda la familia McGuyer. Desesperada, revisó todos los refugios, repartió folletos y llamó a la compañía de microchips para ver si la habían encontrado. Todas sus búsquedas resultaron infructuosas. Casi al mismo tiempo que Lovey desapareció, McGuyer se enteró de que estaban robando y criando bulldogs, y ese miedo la invadió. Siguió investigando, llamando a la compañía de microchips cada pocos meses, deseando que encontraran a Lovey. La familia finalmente se mudó, pero nunca perdieron la esperanza.

Avanzamos rápido hasta 2019. Una bulldog callejera asustada y con bajo peso fue traída al refugio de Servicios para Animales del Condado de Tulare. Como a todos los perros callejeros que ingresaban al refugio, le escanearon el microchip. Tenía uno, y resultó que estaba registrada a nombre de Michelle McGuyer y ¡se llamaba Lovey! El personal del refugio contactó de inmediato a McGuyer para darle la buena noticia. Estaba abrumada y llena de alegría cuando fue al refugio a reclamar a su querida mascota. Cuando sacaron a Lovey, tardó unos segundos, pero luego, como si se hubiera pulsado un interruptor, la reconoció al instante; Lovey pasó de ser una perrita triste a una niña emocionada, bulliciosa y aullante. Fue un reencuentro muy emotivo.

McGuyer agradeció a todos en los Servicios para Animales del Condado de Tulare por su ayuda para reunirla con su Lovey, a quien había perdido hacía tanto tiempo. De vuelta en casa, los niños, nietos y el amigo canino de Lovey estaban encantados de verla. Hoy en día, Lovey se mantiene cerca de Michelle, siguiéndola a todas partes, para asegurarse de que nunca más se separen. Hoy, McGuyer tiene un buen consejo para todos: pongan un microchip a sus mascotas. ¡Es su boleto de regreso a casa!